
Estas casas son ejemplo del ingenio que de muy, muy, pero que muy pequeños teníamos a la hora de hacer manualidades. Se nota, vuelvo a recalcar, que están construidas cuando aun no levantavamos un palmo del suelo pero aquí están manteniéndose en pie y sin una gotera. Una estaba, mejor dicho, sigue estando habitada por los monstruos de Matutano de los años 70 (los que venían en las bolsitas de aperitivos) y no tenemos queja alguna de ellos en todos estos años, lo que nos da a entender que siguen muy a gusto en esta vivienda, la otra esta deshabitada, no sabemos si alguna vez llego a ser residencia de alguno de los muchos ratones blancos o hamsters que estaban domiciliados en casa de nuestro padres; Don Crispin el tuerto, Don Peluchin... (no, ese era un pájaro) pero por su buen estado interior nos inclinamos a pensar que después de su edificación ningún ser vivo se hospedo en ella. (ni okupas tuvo)