Estas casas son ejemplo del ingenio que de muy, muy, pero que muy pequeños teníamos a la hora de hacer manualidades. Se nota, vuelvo a recalcar, que están construidas cuando aun no levantavamos un palmo del suelo pero aquí están manteniéndose en pie y sin una gotera. Una estaba, mejor dicho, sigue estando habitada por los monstruos de Matutano de los años 70 (los que venían en las bolsitas de aperitivos) y no tenemos queja alguna de ellos en todos estos años, lo que nos da a entender que siguen muy a gusto en esta vivienda, la otra esta deshabitada, no sabemos si alguna vez llego a ser residencia de alguno de los muchos ratones blancos o hamsters que estaban domiciliados en casa de nuestro padres; Don Crispin el tuerto, Don Peluchin... (no, ese era un pájaro) pero por su buen estado interior nos inclinamos a pensar que después de su edificación ningún ser vivo se hospedo en ella. (ni okupas tuvo)
Ahhhhh! Yo tuve toda la colección de monstruos Matutano! Cómo me gustaban! Quizás aún haya alguno por casa. Y cuando me casé, estuvimos sopesando llevar los anillos de monstruos Matutano (también), pero al final nos decantamos por no llevar ninguno, por si se mosqueaba el juez que nos casaba, jajajajaja.
ResponderEliminarBesos nube.
La verdad es que lo de los anillos hubiera sido un puntazo, que bueno. De estos si que no conservamos ni uno, snifff.
EliminarSaludos.