Dejamos en la anterior entrada al abuelo con sus titubeos en la deshabitada Villa Nº5 mientras los padres Hogarin están muy pendientes de las travesuras de sus hijos en la soleadísima terraza de la segunda planta de la esta vez habitada Villa Hogarin Nº5. Gracias a sus puertas de cristal no se libra nadie de ser vigilado.
Y la hija Hogarin una vez subidas las luminosas escaleras se dispone a entrar a su colorido cuarto.
esta es una de las cosas pendientes de mi colección...los hogarines y su casa. Horas muertas pasé yo frente al escaparate de una tienda que había en Burgos que tenían todo lo de los hogarines. Menudo frío...yo con mis apenas 6 años y mi moco colgando, suspirando por aquellos muñecos...
ResponderEliminarPues animarse! y animo con la nueva colección.
EliminarQue no se diga que esas horas de frío quedaron en balde.
Saludos.